Salario mínimo, un logro con responsabilidad y equilibrio
coparmex85
10 dic
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Carlos Hermosillo
El salario mínimo es mucho más que una cifra en la nómina: es un instrumento clave para dignificar el trabajo de millones de trabajadores, mejorar su capacidad de consumo, reducir desigualdades y ofrecer a las familias mexicanas una base más sólida para planear su futuro. Los aumentos sostenidos de los últimos años son reflejo de un compromiso real del sector empresarial con el bienestar de sus colaboradores.
Desde COPARMEX Cuauhtémoc hemos respaldado con convicción la política salarial que ha permitido que el ingreso mínimo avance progresivamente hacia la línea de bienestar familiar. Pero ese respaldo no es ingenuo: parte de una evaluación responsable de las condiciones económicas, de productividad, de inflación y del entorno en el que operan las empresas, sobre todo las micro, pequeñas y medianas, que constituyen el corazón de nuestra economía regional.
Porque en el fondo, los incrementos salariales los hacen realidad las empresas. El gobierno participa en la discusión y acuerda los montos, pero somos nosotros quienes asumimos la obligación de trasladar ese compromiso al recibo de nómina. Eso implica ajustar presupuestos, reorganizar costos y, muchas veces, hacer gran esfuerzo financiero para garantizar que cada familia reciba un ingreso digno y productivo.
Por ello, coincido con el posicionamiento nacional de COPARMEX: los incrementos al salario mínimo deben tener un límite y deben estar acompañados de estímulos e incentivos que permitan a las empresas adaptarse sin perder competitividad.
Al avanzar hacia mejores salarios, debemos garantizar que el empleo formal se mantenga robusto, que las MiPyMEs no sufran desproporcionadamente y que la inversión continúe impulsando oportunidades de crecimiento para todos.
Este equilibrio es fundamental para que la política salarial cumpla con su propósito: mejorar vidas sin poner en riesgo la viabilidad del tejido empresarial nacional. Por ello, desde COPARMEX Cuauhtémoc proponemos que cada ajuste salarial sea evaluado con rigor, que se consideren mecanismos de apoyo —fiscales, crediticios, de productividad— y que las autoridades, los empleadores y los trabajadores trabajemos de la mano para asegurar que el progreso sea sostenible.
Un salario digno no es una dádiva: es una responsabilidad compartida. Y estamos convencidos de que, con responsabilidad, diálogo y visión de largo plazo, podemos consolidar un entorno donde las empresas prosperen, el empleo formal se fortalezca y las familias construyan un futuro con bienestar.
Este es el compromiso que renovamos hoy en COPARMEX Cuauhtémoc. Este es el camino que elegimos recorrer juntos y que, estamos seguros, nos darán el futuro que anhelamos.
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