El Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 llega en un momento decisivo para México. Aunque parte de supuestos más realistas, repite errores estructurales: privilegia el gasto asistencial sobre el productivo, incrementa la deuda y deja sin impulso a las micro, pequeñas y medianas empresas, que generan 7 de cada 10 empleos formales y sostienen la economía nacional con esfuerzo y constancia.
Desde Cuauhtémoc observamos con preocupación un presupuesto que no fortalece las capacidades productivas de los estados. Con un déficit fiscal de 4.1% del PIB y una deuda pública que alcanzará el 52.3%, equivalente a más de 151 mil pesos por habitante, se está comprometiendo el futuro del país para financiar gasto corriente, no desarrollo. Se posterga así la posibilidad de construir una economía verdaderamente competitiva, basada en innovación, inversión y trabajo formal.
El costo financiero de la deuda crecerá a 1.6 billones de pesos, reduciendo el margen para invertir en infraestructura, innovación y seguridad. En Chihuahua, donde el desarrollo depende de caminos, energía, agua y conectividad, esta falta de inversión frena la competitividad y limita el aprovechamiento del nearshoring. Cuauhtémoc, motor agroindustrial y ejemplo de emprendimiento, necesita políticas públicas que impulsen a quienes producen, no programas temporales que fomentan dependencia y desincentivan la productividad.
El panorama social tampoco mejora. En salud, el gasto representa apenas el 2.5% del PIB, lejos del 6% recomendado por la OMS. Esto se refleja en clínicas sin personal ni medicamentos, especialmente en comunidades rurales y serranas. En educación, los aumentos se concentran en becas asistenciales, mientras la infraestructura, la tecnología y la formación docente siguen rezagadas. Sin capital humano calificado, no hay productividad ni futuro sostenible, y sin educación de calidad, no hay movilidad social ni bienestar duradero.
La seguridad pública, otro pilar debilitado, enfrenta un recorte del 18.6% en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. En Chihuahua, donde la inseguridad encarece la operación y desalienta inversiones, esta reducción compromete la confianza y el crecimiento económico. Sin seguridad, no hay empleo; sin Estado de Derecho, no hay prosperidad ni paz social.
Desde COPARMEX Cuauhtémoc reafirmamos que el presupuesto debe ser una herramienta para el desarrollo productivo, no un instrumento político. Urge reorientar los recursos hacia la inversión estratégica, la innovación y el fortalecimiento de las MiPyMEs mediante capacitación, digitalización y acceso a financiamiento justo y competitivo.
En Chihuahua sabemos que la prosperidad se construye con trabajo, visión, emprendimiento y compromiso.
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