Alemania, modelo ejemplar para Cuauhtémoc y la región
coparmex85
15 oct
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Carlos Hermosillo
Acabo de regresar de una gira de trabajo por Alemania, acompañando a nuestro presidente nacional de COPARMEX, Juan José Sierra Álvarez, que fue una acertada coordinación entre COPARMEX y USEM UNIPAC. Este no fue un viaje más; fue una mirada directa hacia el futuro que ya empezó en otras naciones… y que en México no podemos seguir posponiendo. Entre miles de aerogeneradores, parques tecnológicos y centros de ética empresarial, confirmé una convicción: las regiones como Cuauhtémoc no están condenadas a seguir modelos, están llamadas a construirlos.
En Alemania entendí que la transición energética no es un debate político, es una decisión económica. Allá, más del 50% de su energía es renovable, pero también competitiva y accesible. Energía limpia sí, pero con costos que permitan producir, exportar y atraer inversiones. Si queremos que Chihuahua y México formen parte del nearshoring global, necesitamos certidumbre energética y reglas claras, no parches de coyuntura.
Otro gran aprendizaje fue la forma en que pequeñas y medianas empresas (Pymes) se integran a las cadenas industriales. Ejemplarmente, estas no son vistas como un eslabón menor, sino como motor de innovación. Esa es la dirección que debemos tomar desde COPARMEX Cuauhtémoc: preparar a nuestras empresas para competir en entornos limpios, tecnológicos y éticos. No basta con abrir un negocio; hoy se necesita producir con propósito.
Me impresionó la unidad del empresariado alemán: distintos sectores, sí, pero bajo un mismo techo estratégico. Colaboran sin perder autonomía. Ese modelo de cooperación es el que debemos impulsar en México, dejando atrás divisiones estériles. Las alianzas con instituciones como la Fundación Konrad Adenauer o el Wittenberg Center for Global Ethics reafirmaron algo esencial: no hay economía sólida sin ética, ni crecimiento real sin Estado de Derecho.
El mundo está en tensión. La democracia se pone a prueba todos los días. Y en cada diálogo con empresarios europeos, confirmé que esperan de México no solo mano de obra, sino liderazgo. Hoy, más de 2,100 empresas alemanas generan 300 mil empleos en nuestro país. Están listas para hacer más, si México demuestra estabilidad, talento y visión.
Regreso con un mensaje claro para Cuauhtémoc y para Chihuahua: el futuro no llegará a invitarnos, hay que salir a encontrarlo. COPARMEX no viajó a aprender cómo ser Alemania, sino a confirmar que podemos construir un modelo propio, donde energía, educación (formación dual) y ética formen la nueva columna vertebral de nuestra región.
No fuimos espectadores. Fuimos a abrir puertas. Y hoy, desde nuestra trinchera, reafirmo: debemos convertir estas experiencias en oportunidades locales. El viaje comienza aquí, ahora.
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